Los Mourinhos de la patronal.
No sé si os ocurrirá lo mismo compañeros/as, pero cuando veo a Mourinho, me recuerda a la prepotente patronal.
Risto Mejide escribió un ensayo titulado "El pensamiento negativo", que debe de ser el libro de cabecera de José Mourinho y de los señores de la patronal.
Este ensayo en su capítulo titulado "Caigamos mal", explica por qué prefiere no caer bien, y da cinco razones... Para no extenderme mucho voy a relatar solo estas dos:
1-Porqué nos define mucho más lo que negamos que lo que aceptamos.
2-Porqué si cuando hablas nadie se molesta, es que no has dicho absolutamente nada.
Es indudable que el portugués y la patronal van a la suya... les gusta sacar de las casillas al personal, produciendo la indigestión de la gente. Han convertido la provocación en su manual del éxito.
De Mourinho se deben valorar sobre todo sus esfuerzos por caer mal, y de nuestros verdugos, su hipocresía; que la han instalado en el sector, dónde el vigilante de seguridad a pasado a ser una ideología sin importancia y la patronal y los vendidos del Comité, el centro del ego empresarial y sindical.
El entrenador portugués sabe que para ganar protagonismo es tan importante tener amigos como disponer de enemigos.
Quizás sea un error entrar le al trapo a Mourinho, esto sólo le serviría para engrandecer su ego, pues la polémica le sitúa en el epicentro del debate, cuando ignorarlo le deja abandonado ante el espejo.
Las personas que aspiran a resultar aborrecibles pueden hacernos perder hasta el bien más preciado "la razón", a cambio de reforzar su supremacía "el ego". En el fondo estos egocéntricos empresariales y los vendidos sindicales dan sentido y nos alumbran en los valores de nuestra lucha.
Tenemos otra cosa clara... y es que sabemos cual es nuestra posición y situación ante este conflicto promovido por Aproser... Lo decía Don Marcelino Camacho: Los trabajadores seguimos siendo el pariente pobre de la democracia. Algo que reconocemos y aceptamos todos los trabajadores y trabajadoras de la seguridad privada. Pero estos que dicen representarnos, esos que intervienen en la firma de nuestro futuro... Esos perdidos sindicales, han perdido algo más que el rumbo, han perdido las convicciones y los valores por los que fueron creados y votados... en una posición y situación incorrectas, se han empeñado como los tontos en meter la cabeza por el agujero empresarial, aunque se dejen en el las orejas.
Procura dar la mayor difusión posible de este escrito.
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