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lunes, abril 25, 2011

Doña Manolita. Lotería Nacional

Lotería Nacional. Doña Manolita
Si uno camina por la Gran Vía no puede resistir la tentación de comprar un décimo en Doña Manolita, referente de la buena fortuna de los madrileños.
Doña Manolita, la lotera de la buena mano
Decían que la buena fortuna que repartía Doña Manolita venía dada de un tenebroso pacto que la castiza dama había hecho con el más allá.

“- Que he vendido el alma al diablo, y que por eso me colma de fortuna aquí en la tierra, a cambio de hacérmelas pagar todas juntas el día que estire la pata…-”, le comentaba doña Manolita  al reportero de 'Crónica' el 21 de diciembre de 1930.

Y aclaraba, con ese talante de matrona del Madrid majo:  
“- Pues escuche usted ahora el verdadero secreto de mi buena mano. El año 1926, harta de que no correspondiese jamás a esta administración un premio que valiese la pena, hice cuatro viajes a Zaragoza, y en los cuatro tuve la suerte de ver a la Pilarica con su manto rojo, que es signo infalible de fortuna. Pedí unos números que se me ocurrieron sin saber por qué, los vendí en mi casa y el premio gordo de Navidad fue conmigo aquel año, siendo éste el comienzo de mi fama como lotera.-”

Hecha esta aclaración ya podemos hablar de Doña Manolita de Pablo sin riesgo a pasar por la Santa Inquisición.

Habitualmente Doña Manolita era noticia, hecho que queda reflejado en las muchas revistas que pudimos consultar en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.

Los propios reporteros que entrevistaban a la lotera no dudaban en retratarse junto a ella, como es el caso de la siguiente foto donde junto a Doña Manolita aparece el famoso cronista Perfecto Prodigo, de la Revista Mundo Gráfico.


La fotografía fue tomada en la primitiva administración de doña Manolita que estaba en la calle Ancha de San Bernardo

La Administración de la calle Ancha de San Bernardo
Doña Manolita se establecerá en el número 31 de la Gran Vía en 1931 -y allí continúa- pero sus inicios y su fama vienen de otra calle.

En 1904 una Manolita joven, de tan sólo 25 años, y dispuesta a comerse el mundo, abrirá la administración de lotería en la calle Ancha de San Bernardo.

Así era aquel santuario de la diosa Fortuna.
 
 Eduardo J. Valero García
Eduart Garcival
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