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lunes, mayo 30, 2011

Blogs en el filo: «Mi vida con un tumor»

Blogs en el filo: «Mi vida con un tumor»

Contar en internet la difícil batalla contra una grave enfermedad se ha convertido en una terapia que motiva a pacientes y lectores, al tiempo que en un género que arrasa en la blogosfera

MANUEL TRILLO / MADRID
Día 29/05/2011
A Isabel Franco, periodista en la localidad murciana de Alcantarilla, le detectaron un bulto a los seis meses de dar a luz a su hija. Al principio, los médicos lo atribuyeron a una consecuencia de la lactancia y, cuando descubrieron que era cáncer, el mal se había extendido, con lo que hubo que entrar con «toda la artillería», tal como advertían los oncólogos. Decidió llevar su batalla contra la enfermedad y contra su propia angustia al blog «Yo también tengo cáncer», alojado en la versión digital del principal diario murciano, la verdad.es, y con el que logró miles de seguidores.
Samantha Kittle
No forma parte de los tratamientos, pero plasmar en un blog la difícil experiencia de padecer una enfermedad como el cáncer se ha convertido en una auténtica terapia para los pacientes, además de prácticamente un género en sí mismo en internet que cosecha miles de seguidores.

Uno de los casos más sonados ha sido el de Derek K. Miller, un canadiense cuyas vivencias en la lucha contra la enfermedad contaron con una legión de lectores hasta el día en que publicó «Mi último post», la entrada póstuma que dejó escrita para publicar el día en que se despidió de este mundo y que han leído más de tres millones de personas.

«Expresan las emociones»

Pero la mayoría de estos blogs no tienen ese trágico desenlace. Por el contrario, sus historias están llenas de vida y, además de una fuente de motivación para sus autores, sirven de inspiración y aportan esperanza e ilusión a otros enfermos y sus familias.
Derek K. Miller
La psico-oncóloga Emilia Arrighi explica que escribir estas experiencias es «importante tanto para el que escribe como para el que lee», porque permite «expresar emociones difíciles de sacar a la luz». Al iniciar el tratamiento, los pacientes están «focalizados» a la meta de finalizarlos y ello supone «una carga emocional muy grande», mientras que cuando lo superan, «necesitan procesar lo que han vivido», señala. «Muchos cambian las prioridades de su vida o su trabajo —señala la especialista— y la escritura puede servir para metabolizar el proceso que han vivido y descubrir una vida nueva».

Arrighi coordina un concurso de pequeños relatos para pacientes de cáncer y sus allegados, con la idea de que cuenten sus experiencias, que después se publicarán en una web. La iniciativa está promovida por la llamada Universidad de los Pacientes, que a su vez es un proyecto impulsado por la Universidad Autónoma de Barcelona y la Fundación Josep Laporteque busca la mejora del servicio sanitario a través de información, formación e investigación.

Derek K. Miller Canadá (Canadá)
«No he ido a un sitio mejor ni peor; a ningún sitio, porque ya no existo»
Una avalancha de tres millones de lectores se abalanzaron sobre el blog de Derek K. Miller el pasado 4 de mayo, a las pocas horas de abandonar este mundo y, tal como dejó encargado a su familia, publicó «Mi último post». «Ya llegó. Estoy muerto y éste es el último post de mi blog», comenzaba el texto de la conmovedora entrada póstuma con la que este escritor, músico y fotógrafo de la provincia canadiense de la Columbia Británica ponía fin a «penmachine.com». 
En la bitácora que había puesto en marcha en internet diez años antes, había ido contando las vicisitudes de una vida marcada por su lucha contra el cáncer colorrectal que padecía y que finalmente acabó con él. «No he ido a un sitio mejor, ni a un sitio peor. No he ido a ningún sitio, porque Derek K. Miller ya no existe», explicaba en su último post, en el que repasa la vida con su familia y reflexiona sobre la muerte.
La memoria del bloguero fallecido permanece ahora también en los posts de «Talking to air» («Hablando al aire»), el blog de su esposa, que le recuerda como su «mejor amigo», su «roca» y su «hogar».
Samantha Kittle (Estados Unidos)
«¿Qué c... preocuparme del pelo si me han quitado parte del cráneo?»
«Me han practicado cirugía en el cerebro. Me han quitado parte del cráneo. ¿Qué coño me voy a preocupar por mi pelo?». Éste es el estilo desenfadado y procaz con que la joven actriz y escritora Samantha Kittle se toma el cáncer en «A lie of the Mind» («Una mentira de la mente»), que coge su título de una obra de Sam Shepard que representó cuando estudiaba. Abrió el blog el pasado febrero, poco antes de que se le extirpara un tumor y, como relata a ABC, solo pretendía ser «una vía para comunicar mi estado a amigos y familiares», como «salida emocional». 
«No esperaba que nadie encontrara el blog» y «ni siquiera permitía comentarios hasta hace unas semanas», confiesa. Sin embargo, se ha hecho popular en la Red y es un estímulo para otros enfermos. Samantha, afincada en Chicago, comenta en su último post cómo se ha afeitado la cabeza y aparece sonriente en fotos con su nuevo «look». En otras entradas, luce una col en la cabeza o comenta que los médicos no le habían dicho que tendría «bronceado gratis en la frente con la radiación». «Cuando mejor me siento es cuando el material que subo es humorístico», concluye.
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