La verdad de las manchas blancas en las uñas: ni mentiras ni falta de calcio
Dos especialistas en dermatología desmontan las leyendas sobre el origen de la leuconiquia
cristina garrido / madrid Día 02/06/2011
Casi todos hemos sufrido alguna vez en la vida leuconiquia. Quizás este nombre no le suene, pero es algo muy común: se trata de esas manchas blancas que aparecen en las uñas como pequeñas nubecitas y cuyo origen ha sido objeto de distintas leyendas urbanas. Por ejemplo, que aparecían por cada mentira que contábamos (una historia en la que dejábamos de creer casi al mismo tiempo que en los Reyes Magos) o que se debía a la falta de calcio (ésta mucho más extendida y asumida).
Pues ni la una ni la otra. Las antiestéticas e inofensivas manchitas aparecen porque «se ha producido con anterioridad un proceso inflamatorio o un traumatismo en la matriz de la uña que provoca que la queratinización sea anormal». «La uña crece un milímetro cada diez días, así que cuando vemos la mancha en mitad de la uña significa que la lesión se produjo dos o tres meses atrás», explica a ABC el doctor Pablo Unamuno, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico de Salamanca y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Morderse las cutículas o cortarlas demasiado, las manicuras agresivas, hacer manualidades, teclear con fuerza en el ordenador, toquetearse mucho las uñas o darles golpecitos contra la mesa son algunas de las prácticas que pueden provocar la aparición de manchas blancas en cualquier tipo de uña, advierte la doctora Rosa Senan, del Grupo de Dermatología y Cirugía Menor de semFYC.
No existe tratamiento para la leuconiquia. La única manera de deshacernos de las antiestéticas «nubecitas» es esperar a que la uña crezca para poder cortarla. Si tenemos prisa, podemos camuflarlas bajo una capa de esmalte.
Estas manchas son inofensivas y no hay que darles mayor importancia. Salvo que, en lugar de un puntito aislado, aparezcan líneas blancas a lo largo de la uña, lo que significa que algo anómalo está pasando de forma permanente en la matriz. En este caso, deberíamos consultar con el dermatólogo.
También es necesario acudir al médico si notamos que las uñas se aclaran y adquieren un tono opaco. «En estos casos, el problema no está en la lámina sino en el lecho (debajo de la uña) y puede advertirnos de alguna enfermedad subyacente», advierte el doctor Unamuno.
Diagnósticos aparte, para conseguir unas uñas fuertes y sanas, los especialistas consultados recomiendan mantener una correcta higiene e hidratación de la zona, evitar los limados agresivos o el uso de cepillos o jabones muy fuertes para limpiarlas y utilizar siempre una capa de esmalte protector antes de pintarlas.
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