La acritud del vigilante de seguridad...
TerminatorIIII, el 19 de Marzo de 2012
Sería muy difícil por no decir imposible que los más de 90.000 profesionales que ejercemos de vigilantes de seguridad en este país, nos pudiésemos reunir con la patronal para las condiciones del sector negociar. Lo primero porque solo hay dos lugares donde todos tendríamos cabida... uno es el campo de fútbol del Barça y el otro es el del Real Madrid. Lo segundo, entre otras muchas cosas más, porque sería imposible ponernos de acuerdo en las negociaciones. Por ello, depositamos nuestro voto de confianza en las organizaciones sindicales para que nos representen y defiendan.
Estos pocos señores sindicales, cogen en cualquier sala de reuniones de hoteles y sedes sociales. Y aún... en un espacio reducido y sin problemas de comunicación, los trabajadores del sector, siempre salimos perdiendo en la negociación.
La confianza de miles de trabajadores carece de valores para estos señores. Insulto que infiere en el trabajador y se reafirma en cada mesa de negociación.
Cuanto menos nos toman por tontos... ya que en cada legislatura volvemos a alabar sus candidaturas. Y si unimos, tonto y alabar, nos da "tontolaba".
Tontolaba: esa persona inocente y sin estrella de la que abusan los espabilados, y que a la postre, carga con más peso del que le corresponde. En algunas empresas, llamados también "capital humano".
Este capital humano -antaño, de clase media- lo han degradado a la clase baja. Cada vez que USO, CCOO y UGT, se reúnen con la patronal, hacen que el ascensor social del trabajador de este -nuestro sector- baje un escalafón.
La acritud del vigilante de seguridad, es trabajar para llegar a la mendicidad.
"Mientras el patrón se hincha de jamón, es el vigilante el que sufre la digestión".
Vergüenza empresarial y sindical.
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