¡¡Hemos triunfado!!
26/09/2012
Víctor Sampedro Blanco
Catedrático de Opinión Pública y
Comunicación Política en la Universidad Rey Juan Carlos
Eso exclama mi amiga Tina con frecuencia,
después de lanzarnos a hacer algo. No sabe la acogida que tendrá ese nuevo
proyecto, apenas iniciado. Resulta tan nuevo que siempre parece una locura. Por
eso, solo por haberlo intentado, por demostrar que era posible, Tina exclama: "hemos
triunfado". Te lo dice porque te propone hacer cosas como si no tuviésemos
nada que perder. Te lleva a una hermosa situación, aquella en la que una
derrota digna se convierte en un verdadero triunfo: de los que nunca, jamás, te
pueden, te podrán arrebatar. Y, como Tina es ante todo generosidad, lo que te
proponía era un don, un regalo: sin derechos de autor, apenas firma.
Lo mismo le dijo mi hijo de cinco años al
único profesor de su escuela que se mantuvo en huelga indefinida durante siete
días. Es cierto que aleccionado por la breve chapa (juro que no fueron más de
tres frases) que le dimos otro padre y yo. Debió de meterles el mismo rollo a
sus compas en cuanto entró en clase. Les escuchó su profesora, los reunió y
llamó a Rafa. Los niños le dijeron: "gracias por defender nuestra
escuela".
"A todos los
empujados, apaleados y pisoteados ayer: gracias" A todos los empujados, apaleados y
pisoteados ayer: gracias. Gracias porque cada una de esas agresiones es una
grieta más del búnker en que el
Gobierno convirtió al Parlamento. La derrota se transformó en triunfo. El Gobierno no dimitió, pero mostró su verdadera cara: la del Alien. La bestia que, dice Isaac Rosa, habita ya las instituciones. Y que, añado, debemos combatir sin que penetre en nosotros, sin que le ayudemos a reproducirse.
Gobierno convirtió al Parlamento. La derrota se transformó en triunfo. El Gobierno no dimitió, pero mostró su verdadera cara: la del Alien. La bestia que, dice Isaac Rosa, habita ya las instituciones. Y que, añado, debemos combatir sin que penetre en nosotros, sin que le ayudemos a reproducirse.
Ayer ese monstruo le partió la columna
vertebral a uno de los nuestros e hirió a muchos más. Lo hizo porque estaba
votando con su cuerpo. Así se manifiesta el Pueblo. Así nos auto-determinamos,
minuto a minuto, quienes no tenemos partidos ni figuramos en los Consejos de
Administración. Arrimamos nuestros hombros y ponemos el cuerpo: lo desplazamos
o lo asentamos para mover el mundo. La posible tetraplejia de nuestro compañero
es la derrota de una democracia que nos quiere paralizar. Su supervivencia,
creen sus gestores, reside en convertir a sus ciudadanos en paralíticos.
"El 25S puede
haber quebrado la espina dorsal del Régimen que padecemos". En realidad, el 25S puede haber quebrado la
espina dorsal del Régimen que padecemos: una democracia que recela de la
participación ciudadana y que la reprime cuando no la puede controlar. La
ruptura que tantos deseamos, para que sea cierta, debe materializarse en las
instituciones. Los partidos, sindicatos, centros de trabajo, colegios profesionales...
deben exigir la dimisión de quien alardea de la situación que ella misma
generó. Según sus palabras había una ratio de cinco manifestantes por cada
policía. Miente o es una incompetente. Les hemos inhabilitado. Sólo la purga
institucional (en el seno de su partido, en el Congreso, en los tribunales...
en los medios: no más entrevistas a una fuente embustera y/o inútil) podrá
hacer esa limpieza.
"Las decenas de
miles de personas reunidas ayer en Madrid siguen erguidas" Porque entérense bien. Las decenas de miles
de personas reunidas ayer en Madrid siguen erguidas. No sueñan con guillotinas
ni con tribunales del Pueblo y pelotones de ajusticiamiento. Como Rafa, como mi
hijo y sus compas, ya saben quién es el Alien. No vivirán de rodillas frente a
él. Ni dejarán que se les meta dentro. Ahí ya hay otra cosa y crece sin cesar:
digna indignación. Y esta no se dobla, no se doblega fácil. Les das y creen que
han triunfado.
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