Los vigilantes de Belas Artes
confían en empezar a cobrar con la nueva empresa
N M.G.M. A CORUÑA | Actualizado 24 Octubre 2012
Los empleados llevan seis meses sin cobrar con la
anterior subcontrata de la Xunta, Esabe quintana
Los encargados de la vigilancia del museo de Belas
Artes y la biblioteca González Garcés trabajan desde la semana pasada para una
nueva empresa, Vinsa, del grupo Alentis, después de que la Xunta resolviera
finalmente el concurso público paralizado desde el mes de enero. Esto significa
una nueva etapa en la que los 17 empleados que velan por los fondos artísticos
y bibliotecarios de ambos centros esperan poder volver a recibir su sueldo
mensual tras un período de seis meses sin cobrar con la anterior firma, Esabe.
Los 17 empleados han renunciando a reclamar la deuda
que arrastraban
Sin embargo, según el colectivo, la deuda arrastrada
por Esabe durante medio año está más que nunca en el aire después de que la
subcontrata les invitase a firmar un escrito en el que renunciaban a
interponerles cualquier tipo de demanda judicial con respecto a los cerca de
11.000 euros que suman entre todos. La condición que les ponían, en palabras de
los afectados, es que o firmaban los documentos o no subrogaban.
Finalmente, la mayoría optaba por aceptar la cláusula
a cambio de un dinero al mes con el que poder pagar la hipoteca y las
necesidades primarias, sobre todo, después de ver cómo su cuenta bancaria no
subía del cero en seis meses y cómo algunos tenían que regresar a la casa de
sus padres al no poder hacer frente a los gastos. Las necesidades económicas
por las que están pasando y la realidad de un mercado sin ofertas les ha
llevado a continuar a cargo de las labores de vigilancia de estos edificios,
asegurando así un año de contrato prorrogable a otro más si las cosas van bien.
A lo que no están dispuestos los vigilantes de
seguridad es a renunciar al dinero que les corresponde y están mirando la forma
de recuperar parte de la cantidad a través de Fogasa, el Fondo de Garantía
Salarial, que actúa frente a las empresas que están en quiebra.
La mayoría ha aceptado esta condición por “miedo
y necesidad”
Aunque todavía la firma no se ha declarado en este
estado, según los afectados no tardarán en hacerlo. En todo caso, el hecho de
iniciar un proceso judicial emplazará la resolución de la demanda a tres o
cuatro años por lo menos, aseguran los trabajadores, un plazo muy tardío si se
tiene en cuenta que muchos ya han sido embargados.
Por su parte, el colectivo también se cuestiona dónde
está el dinero que la Xunta pagó a Esabe y critican la pasividad de la
administración.
Por favor, pásalo. Se valiente
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