Carta al Gobierno de un alumno con beca Séneca
Carta de alumno del Doble Grado en Derecho y Gestión y
Administración Pública en la Universidad de Sevilla, cursando el tercer curso
de beca Séneca en A Coruña.
El Gobierno estudia eliminar las becas Séneca, que permite el
intercambio de estudiantes dentro de España, el próximo curso
Jesús de Ossorno Godino - Estudiante de doble Grado
con beca Séneca
30/01/2013
Decía Lucio Anneo Séneca que no nos atrevemos a muchas
cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a
hacerlas. Hoy asistimos a la puesta en práctica de ese principio en casi todos
los campos de nuestra vida, en este contexto de crisis polivalente que nos
invade y nos anula. Hoy, en 2013, los ciudadanos no nos atrevemos a decir
basta. No nos atrevemos a decir que hasta aquí hemos llegado. Por no
atrevernos, no nos atrevemos ni a protestar: chitón. La última estocada ha sido
la eliminación de las becas Séneca, que permite la dotación económica necesaria
para el traslado de alumnos españoles entre centros universitarios de nuestro
país. Soy uno de ellos.
Estudio Derecho y Gestión y Administración Pública
desde hace tres años en la Universidad de Sevilla. Desde muy pequeño sentí vocación
de servicio público, a los ciudadanos, a la ley y al Estado, y es a lo que en
un futuro deseo dedicarme como magistrado. Mi expediente me permitió solicitar
el traslado durante nueve meses (un curso completo) a la Universidad de
A Coruña, en Galicia, la tierra de origen de mi abuela paterna Matilde, y donde
he veraneado en innumerables ocasiones. Y me fue concedido, con 500 euros al
mes durante ese tiempo. Llevo ya 4 meses en A Coruña, y la experiencia no ha
podido ser mejor.
Andalucía es mi pasión, la tierra que me vio nacer y
donde mi corazón siempre mira. He conocido en mi estancia aquí a compañeros de
todos los rincones de la Península, incluidos nuestros vecinos lusos, y hasta
extranjeros bilaterales, de Brasil, o Erasmus, de Polonia. La riqueza que
me ha proporcionado conocerles y aprender de ellos me ha hecho sin duda una
persona más abierta, más adulta… y más ciudadana. He aprendido también a vivir
de manera independiente, sin la cercanía y el calor paternos, sin el paraguas
perpetuo de un padre y una madre que siempre se han desvivido por mí y por mi
educación. He tenido profesores magníficos, jueces de una gran experiencia, y
catedráticos de cuya opinión debería servirse más a menudo el señor Wert.
Ese ministro que hoy, bajo la excusa de palabrejas
como “eficiencia” o “austeridad”, elimina uno de los instrumentos más
importantes de intercambio y movilidad entre las magníficas universidades
españolas. Como beneficiario de una de esas becas, y considerándome un buen
alumno, que aprovecha los recursos que el Estado y los impuestos de
todos los ciudadanos dedican para su formación superior, le ruego
encarecidamente que reconsidere su posición. Que permita a muchas más
generaciones de estudiantes disfrutar de esta oportunidad, una experiencia que
sin duda nos une más como habitantes del mundo, más que “españolizarnos”. Nos
convierte en verdaderos ciudadanos, demócratas, defensores de la libertad y de
la tolerancia, contribuyendo a la construcción de un mundo mejor, más moderno,
más culto, y mucho más capaz de hacer frente a la injusticia.
Pero si no lo hace, ahórrese quejarse, señor Ministro,
de lo que puedan decir de usted y de las críticas que su actuación genere.
Porque no hay viento favorable para el que no sabe a dónde va. ¿A que no
adivina qué filósofo paisano mío acuño esta frase?
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