Apadrine a un Vigilante…sale
barato
Nota elvigilantecabreao. Con el título de cabecera
aparece en el blog que se detalla este artículo, es digno de ser leído. Nos
viene a decir aquello que todos pensamos o en algún momento nos hemos atrevido
a evocar. Creo y entiendo que está muy bien desarrollado, a la vez que logrado,
describiendo lo que somos, como nos ven, lo que somos capaces de hacer –nada-,
lo que nos han hecho, una y otra vez, los sindicatos tan maravillosos como son
CCOO-UGT-USO denominados las tres Marías, en fin, este es nuestro signo.
Descansen en paz aquellos y aquellas que tanto nos quiere.
21 abril, 2013 |
El mercado laboral bajo mínimos, la
situación económica de espanto, digna de un best seller de Stephen King, los
salarios comprimidos al máximo, al igual que las comidas espaciales en
pastillas, y el sector de la seguridad privada… … … para ello ya no hay
calificativo posible que indique como está el panorama… se han agotado.
Un colectivo maltratado de profesionales, vitales para
la sociedad y para los ciudadanos, contempla como sus responsabilidades crecen
diariamente de manera desproporcionada en relación al dinero percibido. Para
colmo la última subida salarial pactada por los sindicatos y la patronal en el
famoso y publicitado Convenio Colectivo, una especie de parto precioso de valor
incalculable considerado como “miii tesssooroo”, cual vulgar Gollum, por
los representantes de los trabajadores.
Curiosamente, al igual que el anillo, ese acuerdo ha
sido destruido, pero no tras una serie de batallas épicas y heroicas, donde los
valores sublimes se imponen a las fuerzas oscuras, sino por inanición, ya que
mientras una de las partes firmantes, la patronal, aprovecha la actual
coyuntura económica para no cumplir el 4,4% de subida, después de varios años
en el que han tenido que sufrir un incremento salarial del… si van a leer bien…
0%, la otra parte contratante, como dirían los hermanos Marx pero
desgraciadamente con menos gracia, los sindicatos, se dedican a peleas
estériles, sin sentido, alejados en ocasiones del sentir de sus propios
representados, y en ocasiones más empeñados en sacudir o afear conductas de sus
homólogos, para marcar diferencias y apuntarse “tantos”, que en buscar puntos
de encuentro para sumar voluntades y que los diferentes Comités de Empresa
funcionen de verdad.
Pero es que además, en esta historia en la que están
embarcados todos los profesionales de la seguridad privada, a diferencia de lo
que ocurría en el relato de Tolkien, lo tiempos futuros no son nada halagüeños;
todo lo contrario, ya que se ciernen nubarrones negros en relación a sus
condiciones de trabajo, porque en España hablar de las funciones de un
vigilante requiere paciencia, tiempo y capacidad de escucha porque aparte de
las propias de su cargo realizan también labores administrativas, comerciales,
mantenimiento, información, recadero, limpieza y todas aquellas que la
imaginación del cliente pueda alcanzar. Para finalmente, curiosamente, tener
siempre la culpa de lo que pasa.
Que hay una ventisca del “copón” y parte de la
techumbre cae encima de un cliente, la culpa del vigilante que no estaba ahí
presente para retirar al caballero y sufrir él las consecuencias, no son tan
aguerridos y van de duros por la vida los “cuasi-policías” éstos, además que
para eso le pagan; o que un cliente se intoxica porque resulta que era alérgico
a los lácteos y no lo sabía… responsable, el “segurata” que se tenía que haber
fijado en el blanco de los ojos, indicativo, según la tonalidad, de la carga
viral que el organismo de una persona es capaz de tolerar en función de los
estímulos exteriores que la manipulación genética de la República de Madagascar
fue capaz de diseñar hace dos décadas… vamos la “reepera” como se dice por
aquí.
Y todo esto por un módico precio, si nadie lo remedia,
ya que ni las empresas ni las fuerzas vivas de los trabajadores, los
sindicatos, que sobre todo los fines de semana están más vivos que nunca a la
hora de disfrutar sus horas sindicales, parecen que estén por la labor de poner
soluciones; unos por omisión y otros pos sus zancadillas y luchas internas. Al
final quizá la solución pase por un tele-maratón en el que aparezca la
fotografía de un vigilante al borde del colapso y se indique bajo la imagen la
frase “Apadrine a un Vigilante…sale barato”.
F. Javier Romero redactor de seguridadsemanal.com
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