Las remesas de inmigrantes alimentan una colosal economía
Josif Poro acaricia su flamante sofá, muestra con orgullo sus alfombras, señala su nuevo refrigerador blanco.
El y su esposa reciben una jubilación de 220 dólares mensuales, apenas lo suficiente para vivir. Pero su hijo, que trabaja en una fábrica en Grecia, les envía todos los meses una parte de sus ganancias.
"Es nuestro tesoro", dijo Poro, de 83 años, obrero textil jubilado.
En todo el mundo, millones de inmigrantes envían miles de millones de dólares a sus países de origen.
De a un taco de billetes grasientos o giro de 200 dólares por vez, conforman lo que se podría llamar Inmigración S.A. , una de las empresas más grandes del planeta.
Los especialistas que estudian el fenómeno dijeron a The Associated Press que tienen un panorama mucho más claro desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, cuando las autoridades que trataban de interrumpir el flujo de fondos a los yihadistas empezaron estudiar más cuidadosamente qué hacen los inmigrantes con su dinero.
Las migraciones masivas han generado una economía subterránea de proporciones anonadadoras.
Las remesas globales _el dinero que los inmigrantes envían a sus países de origen_ sumaron casi 276.000 millones de dólares en 2006, según el Banco Mundial. Las remesas se han duplicado con creces desde 2000, y con la globalización y el consiguiente desplazamiento de masas crecientes de personas, las cifras pueden seguir multiplicándose.
Si estos trabajadores huéspedes conformaran una sola empresa, la multinacional migrante sería la número tres en cuanto a ingresos anuales en la lista de las 500 compañías más grandes de la revista Fortune, detrás de la minorista Wal-Mart y la petrolera Exxon Mobil.
Las remesas "superan la inversión extranjera directa en México, las exportaciones de té de Sri Lanka, los ingresos por turismo de Marruecos y la recaudación del Canal de Suez en Egipto, dijo el economista Dilip Ratha, del Banco Mundial, en un informe reciente.
A diferencia de la economía convencional, el volumen de dinero que cambia de manos tiende a aumentar durante las caídas económicas, las crisis políticas, los desastres naturales, las hambrunas y las guerras.
Las autoridades contraterroristas dicen que al-Qaida y otros grupos obtienen parte de sus fondos a través de redes de transferencia informales llamadas hawalas. Los gobiernos y el FMI intentan regularlas.
Hay otras desventajas: las fugas de cerebros, la aparición de un enorme ejército permanente de exiliados económicos y las ganancias que salen de las naciones anfitrionas sin pagar impuestos.
Estados Unidos perdió 41.100 millones de dólares en 2005, según el Banco Mundial, en tanto Suiza vio salir 13.200 millones de dólares ese mismo año.
Pero según Giuseppina Iampietro, vocera del ministerio de Economía suizo, es poco lo que se puede hacer: "Los inmigrantes no tienen la obligación de invertir su dinero en Suiza".
Mientras tanto, de Polonia a las Filipinas, las remesas son un salvavidas para las familias que luchan contra la pobreza y ayudan a mantener a flote a las economías nacionales:
_ En América Latina, las remesas sumaron 62.000 millones de dólares y, según las proyecciones, superarán los 100.000 millones para el 2010, según el Banco Interamericano de Desarrollo. Los mexicanos remiten a su país casi 22.000 millones, principalmente desde Estados Unidos.
_ La India es líder mundial en remesas, con 23.700 millones en 2005 y aproximadamente 26.900 millones el año pasado, según el Banco Mundial.
_ Los inmigrantes de Albania, uno de los países más pobres de Europa, enviarán a casa más de 1.300 millones de dólares este año. Esto equivale al 13% del PIB albanés, suficiente para financiar la mitad del déficit comercial.
Muchos no tienen planes de regresar a sus países. Pero existe una tendencia creciente _por ejemplo, en México y Letonia_ a regresar con dinero ahorrado para comprar viviendas e iniciar negocios.
El fenómeno tiene sus desventajas, según las fuentes consultadas. Buena parte de la migración es ilegal, y aunque realizan trabajos sin calificación, algunos son médicos, ingenieros y otros profesionales. Su partida significa una fuga de personal altamente calificado y puede dar lugar a una cultura de la migración.
"La migración genera más migración", dijo Ilir Gedeshi, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales de Albania, un país cuyos emigrantes tienen unos 14.000 millones de dólares en bancos extranjeros. "Es un ciclo. La próxima generación tiene que partir porque no crean puestos de trabajo para ellos aquí".
Elvin Meka, secretario general de la Asociación Albanesa de Bancos, advierte: "Exportamos seres humanos y ellos nos envían dinero. Los jóvenes se vuelven adictos a la idea de partir. Es el crimen mayor en este país. El gobierno mata sus sueños".
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