Los carteristas aún operan en
las líneas de bus más utilizadas de Madrid a pesar de las cámaras
- El Ayuntamiento de Madrid instaló cámaras de videovigilancia en los 2.068 autobuses de la EMT para ahuyentar a los ladrones y mejorar la seguridad.
- Las líneas que más viajeros transportan siguen sufriendo robos: las preferidas por los rateros son la 27, la C1 y las nocturnas, según Policía y conductores.
- En el resto de la red sí "ha bajado notablemente" la acción de los carteristas al reducirse el número de viajeros y por la presencia policial, según la EMT.
- 08.04.2013
Las cámaras de videovigilancia instaladas en toda
la flota de autobuses de la Empresa Municipal
de Transporte (EMT) han puesto más difícil el ‘trabajo’ de los
carteristas. Sin embargo, el sistema de seguridad no ha logrado ahuyentarlos
del todo: las líneas con más viajeros siguen registrando robos, principalmente
en las horas punta, según explican fuentes policiales y conductores de la EMT.
Las líneas calientes son las que
transportan más viajeros, las del centro y las nocturnas. Las líneas preferidas por los rateros
coinciden con aquellas que transportan más viajeros, las que recorren el centro
y zonas turísticas o las que operan de noche. Concretamente, suelen actuar en la línea 27
(que enlaza Plaza Castilla y Embajadores, atravesando la Castellana y el
Prado), las circulares 1 y 2
(que recorren las rondas alrededor del centro) y la 70 (Plaza Castilla-Alsacia). Estas cuatro
líneas están entre las cinco con más afluencia de toda la red.
Además, los agentes y conductores señalan otros trazados calientes,
como la 66 (Cuatro Caminos-Fuencarral), la 124 (Cuatro Caminos-Lacoma) o la 38
(Manuel Becerra-Las Rosas), que acercan a vecinos de barrios residenciales a la
almendra central de la capital. Los cuerpos de seguridad también prestan
especial atención a las
líneas nocturnas, tanto por la presencia de carteristas como
por las agresiones.
"Los ladrones aprovechan los autobuses con más aglomeraciones
y los largos en forma de acordeón, para escapar del tiro de las cámaras y
porque les resulta más fácil escapar si les cogen in fraganti", explican
fuentes de la Policía Nacional, que colaboran con los agentes municipales en la
detección de estos robos.
Grabación en tiempo real
En cambio, el sistema
de videovigilancia (conocido por las siglas VEA) ha sido más
efectivo en el resto de la red. Desde el primer trimestre de 2011, la totalidad
de los 2.068 autobuses de la flota de EMT poseen cámaras (9.000 dispositivos en
total) que graban en tiempo
real el interior del vehículo. Estas imágenes se almacenan en
el bus durante una semana. Cuando el conductor acciona una alarma, los vídeos
llegan a un centro de recepción que coordina las actuaciones de seguridad.
"No disponemos de datos, pero la
sensación general es que la acción de los carteristas ha bajado notablemente.
Además de la vigilancia con cámaras, hay otros dos factores que los ahuyentan:
la bajada de viajeros
por la crisis, por lo que ya no hay tantas aglomeraciones como antes; y la alta rotación de los usuarios,
es decir, los viajeros del autobús hacen trayectos cortos y los ladrones tienen
menos tiempo para planificar su estrategia", apunta un portavoz de la EMT.
Además, "el autobús es menos propenso a los robos que el metro, porque los
viajeros van sentados y los carteristas tienen menos facilidad para
camuflarse", añaden desde la empresa pública. A finales de febrero, la Policía detuvo al
clan de carteristas más activo del metro (llamadas 'las bosnias') y
el juez dictó una orden de alejamiento contra ellas.
Las cámaras no son la
solución. Lo efectivo es camuflar policías de paisanoDesde el Ayuntamiento destacan la
cooperación entre policías nacionales y municipales. De hecho, según los
agentes, "las cámaras no son la solución al problema de los carteristas.
Solo sirven para identificar al ladrón una vez que ha actuado. Lo efectivo es tener policías de paisano
camuflados entre los viajeros".
Las medidas de seguridad en los autobuses
también se extienden al espacio físico de los conductores. El Ayuntamiento ha
extendido las mamparas de seguridad a gran parte de los buses de la EMT, ante
las quejas de los
trabajadores por las agresiones en líneas conflictivas
(nocturnos o autobuses que recorren áreas del extrarradio de la capital). El
objetivo es aislar al conductor del resto del vehículo. Según fuentes
sindicales, "la instalación de mamparas ha reducido las incidencias y la
inseguridad: las denuncias por agresiones han bajado".
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