Metro perderá hasta 700
vigilantes con el nuevo contrato de seguridad
- Las empresas privadas que se adjudiquen el servicio tendrán que cubrir un 40% menos de horas cada dos años.
- El contrato, que entrará en vigor tras el verano, pasa a ser por objetivos porque la compañía quiere fomentar la eficacia en las intervenciones.
- A pesar de los sucesivos tarifazos, Metro ya ha recortado en trenes, mantenimiento y vigilancia de las cámaras de seguridad.
- ÁNGEL CALLEJA 07.06.2013
Si a partir del próximo otoño empieza a echar en falta
la presencia de vigilantes en los pasillos del metro
de Madrid, no se extrañe. El nuevo contrato de seguridad que la
compañía pública adjudicará en breve, pero cuyas bases ya están establecidas,
permitirá a las empresas contratadas prescindir de los trabajadores que crean
conveniente siempre que la plantilla cubra un mínimo de 929.500 horas al año,
un 40% menos que hasta ahora.
La reducción, valoran los sindicatos, podría llegar a 700
personas. El cálculo de la cifra es simple. Hoy, Metro cuenta con 1.800
agentes privados para realizar 1.536.500 horas anuales de servicio. Si las
horas se reducen a 929.500, una regla de tres deja en apenas 1.089 el personal
necesario.
Metro admite que la decisión que dan en manos de las
empresas, ya que, aunque están obligadas a subrogar a toda la plantilla, nada
les impide comenzar los despidos al día siguiente. Esta fórmula es similar a la
que la Consejería de Sanidad quiere implantar en los seis hospitales públicos cuya gestión ha sacado a licitación privada. "No
cabe en ninguna cabeza que si a las empresas les sobra gente, los vayan a tener
sin hacer nada", subraya Óscar Verduras, miembro de la Federación de
Servicios Privados de CC OO.
"No
damos abasto"
Según los propios vigilantes y sus representantes, no
es que sobren manos ahora mismo en el metro. "No damos abasto. El
vandalismo no baja, continúan los robos y tenemos que luchar contra los
grafiteros, muy habituales ", explica uno de los guardas a 20minutos. El pasado 12 de febrero, la
Policía pudo detener a cinco integrantes del 'clan
de las bosnias' gracias a la colaboración del personal de seguridad
privada, que también ayudó en la reciente captura de 13 miembros de bandas latinas que habían protagonizado dos
peleas en las estaciones de Oporto y Embajadores.
Lo más probable es que los despidos sean progresivos,
ya que las contratas tienen un máximo de dos años para adaptarse al contrato de
gestión. Un portavoz de una de las empresas interesadas rechazó anticipar si
habrá bajas: "Actuaremos en función de las necesidades del servicio".
El montante global del contrato asciende a 192
millones por cuatro años. Este plazo se debe a que el contrato de seguridad,
que asciende a 192 millones de euros para cuatro años, incluye
importantes modificaciones. A partir de ahora, las empresas se repartirán la
seguridad de la red por zonas adyacentes, y no por líneas. Además, en lugar del
cumplimiento de las horas, Metro premiará la consecución de objetivos que
tienen que ver con la reducción de la delincuencia y una mejora de los tiempos
de respuesta.
Para prevenir la conflictividad derivada de los
despidos de vigilantes, la compañía ha incluido una cláusula según la cual las
empresas de seguridad serán penalizadas si los medios de comunicación publican
cualquier noticia relacionada con su actividad que afecte negativamente a la
imagen de Metro. Las multas van desde los 1.000 euros hasta la rescisión
unilateral del contrato.
Entre las empresas interesadas en los distintos lotes
de la concesión están Ombuds, Casesa o Segur Ibérica, todas participadas por
fondos de capital riesgo.
Menos
servicios, pese a los tarifazos
El de los vigilantes tampoco sería el primer recorte
en seguridad en el metro. Como publicó 20minutos, el subterráneo redujo de 12 a 6 las personas que se ocupan de
vigilar las cámaras de seguridad de toda la red. También se ha
"reordenado" la vigilancia en los depósitos y las cocheras que han
sufrido más actos vandálicos, pero no ha contratado más personal, lo que ha dejado
algunas zonas en cuadro.
La reducción de trenes ha provocado que el tiempo de
espera se duplique de forma generalizada. Tras el verano del año pasado, redujo el número de trenes que circulan fuera
de la hora punta y dejó en la mitad el servicio nocturno sin avisar a los
usuarios. Esta decisión ha duplicado las esperas en esos tramos, con el
consiguiente malestar de los viajeros.
En paralelo, el billete no ha dejado de subir. En
abril de 2012, la Comunidad de Madrid aprobó el 'sablazo',
que disparó un 11% de media los precios del transporte público. Era el noveno
tarifazo en los últimos siete años. El coste subió un 3% adicional en enero de 2013.
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