Vigilante los recortes es una historia de nunca
acabar
Érase que se era en los
reinados antiguos de Castilla-La Mancha se encontraba un condado llamado “Metro”,
en el mismo, los lugareños estaban gobernados por un consejero y un clan de
amiguetes políticos. Este condado carecía de quien defendiera su seguridad ante
carteristas y demás ralea, por lo que temiendo por su seguridad contrataron a
unos pobres soldados llamados vigilantes, que por el infortunio y la temida
peste del paro se enrolaron en esta aventura por una miseria de soldada.
Pasaron los años y, hete aquí, que los nobles del lugar encabezados por el
temido consejero y su terrible arma “la tijera”, decidieron después de mirar
las arcas vacías, recortar en soldadas o lo que es lo mismo, en soldados.
Nadie daba crédito a lo
que estaba por venir, los soldados no sabían cómo actuar, los defensores de
éstos, los que denominaremos sindicatos, que estaban compuestos por unos honrosos
personajes, a los que nombraremos comités y delegados, estaban en la inopia,
como era su costumbre en la holgazanería, vamos que no hacían nada, sólo se
miraban las pelotillas del culo, que al parecer eso entretenía mucha en aquella
era o época.
Ante todo esto, viendo
el consejero y sus colegas que no tenían quien se le enfrentaran, pasaron a la
acción y, con tijera enristre, en un zis-zas, cortaron de un plumazo más del
cuarenta por ciento de la soldada, vamos que se fueron a la mierda de 600 a 800
vigilantes en un abrir y cerrar de ojos.
Los defensores de la
soldada, los sindicatos y sus componentes, seguían en sus treces de tocarse las
cataplinas, que en aquella época era el deporte nacional. El tiempo transcurría
sin cesar, llegando la temida apertura de unos sobres que darían el poder del ejército
a otras agencias llamadas empresas de seguridad, para sorpresa de todos las más
grandes no entraron en la subasta, las siguientes apenas le llegó una zona,
pero la más golfera se le otorgó la mayor tajada. Ajaja, lo importante no era
la seriedad y el saber estar, era la cobranza, cuanto menos y más barato más
zonas en el reparto. Pero llegó un pensador, que pensando, pensando, decidió
anular la adjudicación.
Y en esta situación nos
encontramos hoy por Dios, por lo que mañana seguiremos informando, a la par,
que os pedimos que se siga rezando para que la cosa vaya cambiando.
No a los recortes de
vigilantes en este condado llamado “Metro”. No a que más de 600 vigilantes se enrolen
en el INEM, en el paro. Vigilante lucha por tu puesto de trabajo.
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Por favor, pásalo. Se valiente
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