«Todos mis compañeros también serán despedidos»
ABC habla con varios parados sobre su complicada situación
j. gonzález, l. ontoso. FOTOS: JAIME GARCÍA
Día 05/04/2011 - 16.27h
La situación del desempleo es muy complicada y afecta a casi cinco millones de personas de forma oficial en España. ABC habla con varios parados que cuentan en primera persona su situación.
«La situación es desesperante»
Tamar Velasco
Tamar Velasco. 26 años, desde el verano de 2010 en el paro. Joven, formada y con la idea, a corto plazo, de «aguantar hasta que salga algo». Con esa consigna que, implícitamente, define los hábitos y las aspiraciones de los cientos de miles de menores de treinta años a los que la crisis ha dejado a la deriva de un mercado laboral que no reconoce títulos, talento ni ristra de idiomas, Tamar Velasco acude a la oficina de empleo. En el coche, de camino, ha escuchado las noticias: 4,3 millones de personas sin empleo. «Cada día la situación está más complicada, es desesperante». Como si fuera un consuelo, se define libre de alquileres e hipotecas, un día a día en el que la «paga de los padres» marca esa borrosa frontera entre la adolescencia y una inasible madurez. A largo plazo, aunque por ahora no se ha «planteado nada», una de las soluciones podría consistir en hacer las maletas. «Para estar aquí estancada, habrá que buscarse las habichuelas en el extranjero».
«No sé qué haré cuando se me acabe el subsidio»
Rafael Jiménez
Rafael Jiménez. 24 años, desde febrero de 2008 en el paro. Los parados son números. La familia que rebaña el subsidio de 400 euros, los empleos a tiempo parcial para sacarse calderilla son variables en una estadística. Rafael Jiménez, albañil en el paro desde el pinchazo de la burbuja, encaja los reveses como quien oye un boletín informativo. Sin quejarse, aplicando la férrea lógica económica de quien gasta más, al final, dispone de menos. «Se vive difícilmente, aprendiendo a vivir humildemente, aprendiendo a llevarlo, teniendo que renunciar». Cuando Jiménez llegó en 2004 a Madrid desde la República Dominicana «sobraban los puestos de trabajo». Ahora, con la responsabilidad de una hija en su casa, ha tenido que perfeccionar esa rigurosa aritmética. «Hay que privarse de muchas cosas, como comprar ropa». Sabe, también, que el futuro le depara un nuevo factor. «Vivimos del subsidio. Cuando se acabe, no sé qué vamos a hacer».
«Todos mis compañeros también serán despedidos»
Carlos Manuel Braga
Carlos Manuel Braga. 38 años, desde febrero de 2011 en el paro. A algunas multinacionales ya no les salen los números en España. Hay razones de peso: el elevado desempleo, el menor consumo, las trabas administrativas que impiden una respuesta ágil ante el asedio a la marca España. La firma de venta de ordenadores que despidió a Carlos Manuel, PC City, advirtió públicamente hace una semana que estudia abandonar el mercado español. «A mí me han despedido dos meses antes, pero lo peor es que todos mis compañeros se encontrarán pronto en la misma situación». Él ha aprovechado el tiempo libre para mejorar su nivel de inglés. Para llenar, con sus 38 años, los «huecos en la formación» . No descarta, más adelante, dar el paso definitivo de abandonar, él también, Madrid, aunque se reserva un pequeño atisbo de optimismo. «La situación tiene que mejorar mucho, necesariamente, en algún momento».
«Te dan trabajo un mes y, después, adiós»
Luz Marina. 51 años, desde hace año y medio en el paro. Los años de Luz Marina, colombiana de 51 años, se cuentan en semanas o en días. Es tal el rosario de empleos temporales («te dan trabajo un mes y, después, adiós») en los que ha probado suerte desde que en 2009 se quedó en el paro, que su vida parece una fatigosa carrera. «La necesidad en la familia y en la casa aprieta, para pagar las cuotas, para dar de comer a los hijos. Si los que ganan 600 euros lo tienen difícil, dígame cómo podemos sobrevivir los que no ingresamos nada». El último sitio en el que recaló, recuerda, le exigían trabajar 12 horas, de lunes a sábado, por 600 euros. A ella no le preocupaba el ritmo de trabajo, sino el «abuso». Ahora busca empleo en páginas web donde su currículum es «uno entre miles». Trata de apuntarse a cursos en los que sus 51 años resaltan sobre la media de edad de los 20 o 30. «A todos los desempleados nos superan muchas cosas».
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