La dueña de Prosegur, Helena Revoredo, araña hasta los 8 escasos euros correspondientes a su empresa Gubel por la subvención a la producción de aceite
Adiós a las subvenciones de los ricos
Los millonarios españoles acostumbran a ser dueños de grandes fincas de recreo con las que cosechan abundantes ayudas agrícolas de la Unión Europea. Sin embargo, Bruselas baraja estos días ponerles coto.
POR JAVIER OTERO 15/10/10
Las ayudas agrícolas de la Unión Europea, que nacieron para compensar la renta de agricultores en apuros por la histórica crisis del campo, han beneficiado en mayor medida a quienes acaparan más tierra. Desde la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, a apellidos vinculados a grandes bancos y empresas cotizadas en Bolsa, como March, Botín, Benjumea, Conde, Cortina, Alcocer, Entrecanales, todos llevan años solicitando y beneficiándose de fondos destinados a que el campo no se hunda.
En los listados de reparto de ayudas sus grandes sumas aparecen junto a agricultores reales que cobran subvenciones muy modestas. Pero esto podría cambiar porque la Comisión Europea va a presentar en noviembre una reforma con la que pretende que los subsidios agrícolas sólo puedan ser cobrados por quienes son realmente agricultores y, además, incluso podría establecer una limitación en las cantidades para que no se produzca la paradoja de que un subsidio sirva para hacer rico a alguien. Puede ser el adiós a los 5,5 millones de euros que recibe cada año la familia Mora Figueroa, el millón largo de euros que se embolsa la duquesa de Alba, los más de 300.000 euros de la familia Botín, los 458.000 de Mario Conde, los 375.000 de los hermanos Benjumea o los 130.000 de los Entrecanales.Las ayudas agrícolas de la Unión Europea, que nacieron para compensar la renta de agricultores en apuros por la histórica crisis del campo, han beneficiado en mayor medida a quienes acaparan más tierra. Desde la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, a apellidos vinculados a grandes bancos y empresas cotizadas en Bolsa, como March, Botín, Benjumea, Conde, Cortina, Alcocer, Entrecanales, todos llevan años solicitando y beneficiándose de fondos destinados a que el campo no se hunda.
No perdonan ni un céntimo. La dueña de Prosegur, Helena Revoredo, araña hasta los 8 escasos euros correspondientes a su empresa Gubel por la subvención a la producción de aceite de oliva. Todo suma hasta alcanzar los 81.379 euros que cobra en ayudas agrícolas en las mismas sociedades a través de la que es dueña de Prosegur, con la que ha visto crecer su fortuna un 60% este año gracias a su evolución en la Bolsa.
No es la única. Muchas de las grandes fortunas españolas han usado la misma empresa con la que protagonizan grandes operaciones en los mercados financieros para comprarse sus fincas en el campo y captar subvenciones agrícolas. Agropecuaria El Castaño, que lleva el nombre de la finca de que disfruta Emilio Botín en la localidad de Piedrabuena, en Ciudad Real, era la sociedad a través de la que el financiero controlaba la mayoría de su paquete de acciones del Banco Santander. Hoy ese papel lo juega, entre otras sociedades de cartera, la empresa Bafimar, que además de ser dueña de unos 5,7 millones de acciones del Santander valoradas en más de 53 millones de euros, es dueña también de una de las fincas de recreo de la familia Botín en Ciudad Real. Con aeropuerto privado en el que su dueño puede aterrizar directamente para descansar, las fincas de los Botín son vecinas en los alrededores de Piedrabuena, Luciana o la Puebla de Don Rodrigo.
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