Clase política y farmacéuticas
22 Julio, 2010 Por admin
TdE/Bernat Soria, ex Ministro de Sanidad y Consumo, predecesor de Trinidad Jiménez, ha fichado por el laboratorio Abbott para hacer un informe sobre las carencias del Sistema Nacional de Salud y el papel de la industria farmacéutica para ayudar a la ‘sostenibilidad’ del primero.
Que cargos públicos, tras su paso por la vida “pública”, pasen a formar parte de la cantera de los altos cargos de la gran industria, a la que normalmente -en su paso por el sillón de poder- han beneficiado es algo más que habitual.
Soria trabaja en el Centro Andaluz de Medicina Biomolecular y Medicina Regenerativa (Cabimer),una institución pública. Ahora una compañía farmacéutica privada le encarga analizar las expectativas y retos de todos los sectores implicados en el desarrollo del sistema sanitario. Después seguirá con las sociedades médicas, asociaciones de enfermería, distribuidoras, farmacéuticos, investigadores, así como “periodistas sanitarios, encargados de transmitir la información médica a la población”.
Abbott una gigante farmacéutico, es raro que desconozca en terreno donde se mueve y precise de dichos estudios. En realidad, pareciera que se le ficha para que ‘tire de agenda’ en tiempos difíciles y use sus contactos e influencias con sus antiguos compañeros y compañeras en el Ministerio.¿No?
Un medio de comunicación más que favorable a las multinacionales farmacéuticas, PRNoticias, explica así el caso:
“¿Cuál es el papel que debería jugar la industria farmacéutica en nuestro país? ¿Es capaz de ayudar a la sostenibilidad del sistema sanitario? Esta duda ha surgido del laboratorio Abbott y se ha puesto en marcha junto con Bernat Soria, ex ministro de Sanidad e investigador, para integrar la visión de todos los agentes implicados en el Sistema Nacional de Salud. El Informe Bernat Soria quiere marcar un antes y un después sobre cómo entendemos la aportación de la industria farmacéutica al Sistema Nacional de Salud y si su figura es esencial para garantizar la calidad del sistema y contribuir así a su sostenibilidad”.
Soria estuvo desde julio de 2007 a abril de 2009 en el cargo, y sus habilidades económicas las mostró muy pronto, al hacer apoyar inmediatamente por parte del Gobierno español el comercio de la vacuna contra el cáncer de cuello de útero de las farmacéuticas Merck y GlaxoSmithKline.
Y eso que muchos profesionales sanitarios realizaron una campaña para pedir una moratoria en la aplicación de la vacunación por el bien de la salud pública. Ildefonso Hernández Aguado, catedrático de Medicina, fue uno de los grandes impulsores de dicha moratoria. Médico alicantino y un hombre de confianza de Soria; el ex ministro lo conoció en su etapa de trabajo en la Universidad Miguel Hernández de Elche. A finales de abril de 2008, Hernández Aguado fue nombrado director general de Salud Pública y Sanidad Exterior. Desde entonces, las 9.500 personas que firmaron la demanda de moratoria en el calendario de vacunación esperan a que el director general lleve a la práctica la petición que él mismo encabezó…
Aún hay más.
Según Correo Farmacéutico: “El ministro Bernat Soria quería convertir esta legislatura en la del impulso de la industria farmacéutica española”.
La Farmaindustria, y su entonces presidente, Antoni Esteve i Cruella, daba un espaldarazo tanto a Bernat Soria como a otra ministra usuaria habitual de las puertas giratorias, Cristina Garmendia. Sus palabras respecto a Soria: “El relevo en la cúpula del Ministerio de Sanidad y Consumo, con la llegada de don Bernat Soria y su nuevo equipo en julio de 2007, ha supuesto en la práctica un cambio de tendencia en la relación de la Administración con la industria farmacéutica y aunque el período transcurrido hasta la fecha ha sido corto, existen fundadas esperanzas de avance”.
Soria no está solo.
Jaime del Barrio pasó de consejero de Sanidad del Gobierno de Cantabria a director general del Instituto Roche, multinacional propietaria del conocido Tamiflu.
El ex consejero mantiene una estrecha relación con su compañera del Partido Popular Ana Pastor, ex ministra de Sanidad y actual vicepresidenta del Congreso de los Diputados, quien presionó hace unos meses en los medios de comunicación de forma bastante activa para que el actual gabinete dirigido por Trinidad Jiménez comprase amplios cargamentos del inútil Tamiflu y millones de vacunas para tratar la “peligrosísima” gripe A. Algo que ya había hecho con la vacuna del virus del papiloma humano al convertirse en una de sus más acérrimas defensoras. Pastor también compró dos millones de vacunas contra la viruela, para defendernos del riesgo de que Sadam Husein nos atacara con una de las armas biológicas procedentes de su arsenal secreto
La ministra Cristina Garmendia es la fundadora de la empresa Genetrix, de biotecnológica y era, hasta entrar en el Gobierno, presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), el mayor lobby pro alimentos transgénicos del Estado, que también congrega a buena parte de la industria farmacéutica biotecnológica: Bayer, Merck, Roche, Schering Plough o Gilead Sciencies, entre otras. Preside la Fundación Inbiomed que, financiada con dinero público, se dedica a la investigación genética con fines farmasanitarios.
Cuidemos nuestra forma de vida y alimentación y olvidemos tanto médico y medicamento para casos de verdad necesarios. Nuestra enfermedad es su negocio. Contra el político, solo existe la vacuna de la radical Disidencia, apliquémonosla.
Por favor,
pásalo. Se valiente
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