Ojalá no se callen nuevamente
Ojalá fuéramos unos chivatos
Ojalá fuéramos un país de chivatos, de esos que se quejan cuando algo no funciona, de los que denuncian el incumplimiento de las leyes, de los que piden el libro de reclamaciones cuando los tratan mal en un comercio, de los que saben defender de sus derechos cuando son agredidos. Ojalá fuéramos más exigente con el cumplimiento de las leyes por parte de todos, incluidos los que gobiernan. Sería genial vivir en un país de chivatos exigentes que hicieran cumplir la ley porque para eso están. Seríamos mejores si nuestro nivel de exigencia como consumidores, ciudadanos y personas fuera mucho más elevado. Seríamos un país mejor, tanto que algunos no pueden ni imaginar; están ocupados siendo John Wayne.
Ignacio C.Ojalá fuéramos unos chivatos. Con este encabezado D. Ignacio C. escribe una carta a un diario exponiendo lo que todos y todas pensamos a veces pero no nos atrevemos a decir en voz alta. ¿El por qué? Tenemos miedo de pedir, de exigir nuestros derechos allí donde nos encontremos. Tenemos miedo a gritar a los cuatro vientos la explotación laboral o social a la que estamos sometid@s diariamente. Miramos en el entorno en el que nos movemos a diario y nos conformamos con que ésta explotación no vaya a más. Este conformismo es tal, que lo justificamos, porque otras personas están peores que nosotr@s, así sucesivamente, con ésta manera de pensar, no nos movemos, estamos estáticos y cada día que pasa estamos peor, perdemos derechos que antes jamás imaginaríamos que nos arrebatarían, da igual quien o como, mírate tu mism@ y verás como cada vez estás peor laboral o socialmente.
Un gobierno denominado de izquierdas y además obrero, hace política de derechas mandado por el capital, la derecha se opone a esta política restrictiva socialmente, alegando que perjudica a las clases más indefensas. Ves, algo inaudito en otros tiempos. ¡¡Nos callamos nuevamente!!
Los sindicatos llamados de clase, no se mueven, son pasivos, no luchan, no agitan a las masas, a sus afiliados o delegados, estos últimos ni aparecen en las movilizaciones que convocan sus órganos de dirección. Esta pasividad, está motivada por las subvenciones millonarias que les entrega un partido que gobierna de izquierdas, pero que hace política de derechas. Ante esto, ni se mueven, ni protestan. Ves, algo inaudito en otros tiempos. ¡¡Nos callamos nuevamente!!
L@s trabajado@s, l@s pensionistas, l@s funcionari@s, ven menguados sus derechos, sus ingresos y, se conforman, l@s primer@s con la justificación del temor a la pérdida del empleo, los que no lo tienen, temerosos de perder el subsidio, l@s pensionistas o jubilad@s por estar supuestamente mayores para estos menesteres, l@s funcionari@s porque los que gobiernan, da igual que sean de izquierdas o de derechas, lo hacen por real decreto y ante esto, no pueden hacer nada. Así, ésta madeja, nos va envolviendo y no nos damos cuenta que cada vez nos cuesta más poder vivir. ¡¡No callamos nuevamente!!
Sale el ministro de turno comunicando que la energía eléctrica va a subir esto y al final es lo otro. ¡¡Nos callamos nuevamente!!. Vemos como éste o el otro, ¡¡que más da!!, un político se llena los bolsillos con nuestro dinero, el del contribuyente. ¡¡Nos callamos nuevamente.!!
Leemos la prensa a diario con casos de corrupción política. ¡¡Nos callamos nuevamente.!!
No somos aquéllas personas que protestábamos, que salíamos a la calle por menos de lo que hoy está sucediendo o nos está haciendo. ¡¡Nos callamos nuevamente!!
Nos comparan con los países vecinos para pagar, pero no para darnos los mismo servicios que administrativamente en Francia, Alemania, Bélgica, etc., están dando a sus ciudadanos. ¡¡Nos callamos nuevamente.!!
Esperemos que ésta nueva generación, se canse de tanto conformismo de sus mayores y tome las calles para un bien común social, y, no se callen nuevamente como sus mayores.
Bayekas
"Primero vinieron a por los comunistas,
y yo no los defendí, porque yo no era comunista.
Después vinieron a por los judíos,
y yo no los defendí, porque yo no era judío.
Entonces vinieron a por los católicos,
y yo no los defendí, porque yo no era católico.
Finalmente vinieron a por mí,
y para entonces, ya no quedaba nadie para defenderme."
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